La empresa taiwanesa Giant, uno de los mayores fabricantes mundiales de bicicletas, fue objeto de una orden de retención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP), que prohíbe la entrada de sus productos en territorio estadounidense por presuntas prácticas de trabajo forzoso. Según la CBP, se habrían detectado cinco irregularidades: abuso de situaciones de vulnerabilidad, condiciones laborales y de vida abusivas, endeudamiento coercitivo, retención de salarios y exceso de horas de trabajo, en línea con la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La compañía rechazó categóricamente las acusaciones, alegando que Washington no realizó inspecciones ni mantuvo contacto directo antes de imponer la medida. Giant aseguró que ya ha contratado abogados para apelar y exigir la revocación de la orden, además de activar planes de contingencia para esclarecer los hechos y mitigar el impacto de la decisión en su negocio internacional.
El ministro de Economía, Kung Ming-hsin (龔明鑫), confirmó que la empresa presentó una queja ante las autoridades taiwanesas y que su ministerio actuará como intermediario ante Estados Unidos para garantizar que Giant pueda defenderse. Asimismo, anunció que trabajará con el Ministerio de Trabajo para revisar de manera integral las condiciones laborales en toda la industria manufacturera, con el fin de reforzar la protección de los trabajadores y evitar que situaciones similares se repitan. Sindicatos recordaron que este es el primer caso en la historia de Taiwán en el que productos son bloqueados por violaciones a los derechos laborales y urgieron al Gobierno a actualizar cuanto antes el Plan Nacional de Acción sobre Empresas y Derechos Humanos, pendiente desde 2024.