La Asamblea General de la ONU cerró su debate general con un amplio respaldo internacional a la participación de Taiwán. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, este año se notó un cambio significativo: varios aliados diplomáticos intervinieron en defensa de Taipéi, mientras que la Secretaría General de la ONU envió a un alto cargo a recibir una carta conjunta en apoyo a su inclusión, lo que se interpreta como un avance en la atención que se presta a su causa.
Diez aliados oficiales, entre ellos Paraguay, Guatemala y Belice, hablaron en favor de la isla, destacando la importancia de permitirle contribuir al sistema multilateral. Además, delegaciones de seis de estos países entregaron formalmente una carta conjunta, un gesto poco habitual que refuerza la visibilidad de Taiwán en la ONU.
Más allá de los aliados formales, países afines también manifestaron su respaldo. El presidente checo Petr Pavel mencionó la estabilidad en el estrecho de Taiwán; EE.UU., Japón y Corea del Sur, así como Australia y el Reino Unido, incluyeron la cuestión en sus comunicados oficiales; mientras que representantes de Irlanda, Suecia y la UE reafirmaron públicamente su apoyo. Al mismo tiempo, Taiwán intensificó su propia estrategia diplomática, logrando cientos de publicaciones en medios internacionales y más de un millón de interacciones en redes sociales.
Finalmente, Taipéi reiteró que la Resolución 2758 de la ONU no define el estatus de Taiwán ni lo reconoce como parte de la República Popular de China. Enfatizó que solo su gobierno democráticamente elegido puede representar a sus 23 millones de ciudadanos y pidió a la comunidad internacional que no se deje llevar por la presión de Pekín, abogando por una participación plena que beneficiaría al conjunto de la humanidad.