El Gobierno ha identificado como origen del primer brote de peste porcina africana del país el uso de restos de comida sin hervir en una granja de Taichung. Tras dos semanas de restricciones al transporte y sacrificio de cerdos, el primer ministro Cho Jung-tai (卓榮泰) anunció que el Ejecutivo decidirá el 5 de noviembre si levanta completamente las medidas, al tiempo que pondrá en marcha un plan de estabilización del mercado porcino y del suministro de carne.
La investigación oficial confirmó que el brote fue consecuencia de una cadena de negligencias en el manejo de los restos alimenticios, lo que llevó al Gobierno a endurecer los controles y replantear el uso de este tipo de alimentación animal. Solo se permitirá reanudarla si las granjas cumplen estrictamente las normas sobre equipos de cocción, control en tiempo real y cumplimiento legal.
El ministro de Agricultura, Chen Chun-chi (陳駿季), señaló que, incluso si se levantan las restricciones el 7 de noviembre, no se autorizará de inmediato la alimentación con restos de comida hasta que se verifique la seguridad de las instalaciones en todo el país. También denunció que algunos equipos de cocción en las granjas eran inoperativos o meramente decorativos, motivo por el cual se organizará una inspección conjunta nacional.
Tanto Cho como Chen insistieron en que la prioridad es reforzar la bioseguridad y proteger la industria porcina, esencial para la economía taiwanesa. Además, el Gobierno planea estudiar soluciones sostenibles para la gestión de los residuos alimenticios, como su aprovechamiento energético o para la producción de piensos industriales, con el fin de evitar que una crisis sanitaria similar vuelva a repetirse.