En el templo Din-an Gong (頂安宮), ubicado en el barrio Jiaoziliao (角仔寮) de Chiayi, se venera una figura poco común: una bodhisattva “Guanyin de rostro masculino” (男相觀音佛祖), considerada por los lugareños una poderosa protectora de la comunidad. Durante una reciente procesión ritual por las calles, la imagen atrajo a numerosos fieles que acudieron a rendir homenaje y pedir bendiciones.
A diferencia de las representaciones tradicionales de Guanyin —la diosa de la compasión en el budismo mahayana, generalmente mostrada con rasgos suaves y femeninos—, esta versión masculina presenta un semblante solemne y majestuoso, que, según los devotos, combina la misericordia con una energía capaz de ahuyentar los males y proteger al pueblo.
Los creyentes destacan que el rostro severo y las facciones marcadas de la deidad transmiten una sensación de fuerza espiritual poco habitual. Los expertos datan la escultura en el final de la dinastía Ming o inicios de la dinastía Qing (siglo XVII), lo que la convierte en una pieza de gran valor histórico y religioso. Sin embargo, la historia del ídolo guarda curiosos episodios. Según los registros del templo, en el pasado algunos aldeanos llegaron a raspar fragmentos del cuerpo o la base de la estatua para usarlos como remedio medicinal, creyendo que contenían poder sanador.
El templo asegura que esta Guanyin masculina no solo encarna la compasión, sino que también ejerce una función de protección y exorcismo, razón por la cual es vista como un pilar espiritual de la comunidad local. Los ancianos del lugar señalan que esta deidad es una manifestación del carácter cambiante de Guanyin, que según la tradición posee hasta 108 formas diferentes para socorrer a los fieles.
Con su mezcla de dulzura y severidad, la “Guanyin de rostro masculino” refleja la diversidad y riqueza simbólica de la religiosidad popular taiwanesa, donde el sincretismo entre budismo, taoísmo y creencias locales sigue marcando profundamente la vida espiritual de las comunidades.