El Congreso de Estados Unidos ha mostrado preocupación por el retraso en la entrega del sistema de defensa costera Harpoon a Taiwán. Ayer 4 de noviembre, Austin J. Dahmer, nominado para el cargo de subsecretario adjunto de Defensa para Estrategia, Planes y Fuerzas, aseguró ante el Comité de Servicios Armados del Senado que el Pentágono está avanzando “con urgencia y rapidez” para garantizar que Taiwán reciba las capacidades necesarias para su autodefensa. Subrayó también la importancia de reforzar la cooperación en materia de seguridad con países situados en la primera línea frente a la coerción china, como Taiwán y Filipinas.
Durante la audiencia, el senador Ted Budd recordó que, durante la primera presidencia de Donald Trump (2017–2021), EE. UU. aprobó la venta a Taiwán de 100 sistemas de defensa costera con misiles Harpoon, de los cuales solo se ha entregado una pequeña parte. Dahmer explicó que ha visitado la línea de producción en Misuri para evaluar los problemas de la base industrial de defensa estadounidense y afirmó que el Departamento de Defensa está actuando con la máxima prioridad para completar la entrega. Según fuentes conocedoras del programa, la primera tanda —cinco lanzaderas y un vehículo de mando— ya llegó a Taiwán en junio, donde personal naval está siendo entrenado para su despliegue operativo.
En su declaración escrita, Dahmer vinculó el suministro de armas a la estrategia de “negación” estadounidense, destinada a disuadir a China continental de realizar acciones agresivas en la primera cadena de islas del Pacífico. A su juicio, esta estrategia requiere combinar múltiples fuerzas, conceptos operativos y posturas de despliegue para asegurar una defensa en profundidad. Señaló que la cooperación con Taiwán permite fortalecer una defensa difícil de quebrar y, al mismo tiempo, refuerza la confianza de los aliados en la determinación de Estados Unidos. Sin embargo, advirtió que “Taiwán debe hacer más y moverse más rápido”, aumentando significativamente su presupuesto de defensa y acelerando la adquisición de sistemas adecuados para frenar las amenazas de Pekín.
El nominado insistió en que la disuasión de China continental en el Indo-Pacífico no puede recaer solo en Estados Unidos, sino en la acción coordinada con sus aliados. Destacó la necesidad de fortalecer la cooperación de seguridad con países expuestos a la presión china, como Filipinas, cuyo papel consideró “crucial” para la postura disuasoria de Washington en el Pacífico occidental. Si su nombramiento es confirmado, aseguró que una de sus prioridades será integrar mejor las capacidades de aliados y socios regionales en la planificación de defensa estadounidense. Dahmer concluyó que solo mediante una fuerza regional cohesionada podrá contenerse la expansión de la influencia de Pekín y su intento de dominar a los países vecinos.